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Receta fácil: Focaccia de olivas

Esta receta es ideal para hacer en familia y/o con los más pequeños de la casa puesto que nos vamos a ensuciar las manos. La focaccia es un pan italiano cuya masa lleva una generosa cantidad de aceite de oliva virgen extra y por lo tanto, la buena calidad de este es esencial para que tenga buen sabor.

No se contempla una focaccia sin aceite virgen extra. Un buen aceite de gran calidad le dará un sabor increíble y un color dorado apetecible. Será un plato ideal para entrantes, acompañar nuestros menús o incluso meriendas si se acompaña con un embutido de calidad.

Los “toppings” (los ingredientes que le pondremos encima antes de hornear) van al gusto de cada uno. A nosotros nos gusta con aceitunas porqué se complementan muy bien con este pan. Si además combinamos con diferentes variedades de olivas -una más dulces, otras más amargas- en boca será mucho más exquisito. También se le puede añadir cebolla, tomate, alcaparras, etc. para aportar frescura. Además, recomendamos añadir un toque de hierbas como romero o albahaca o en su defecto, aceites condimentados. ¡No os decepcionará!

Ingredientes:

  • 470g de harina (preferiblemente de fuerza)
  • 380g de agua tibia (embotellada o filtrada)
  • 1 paquete de levadura seca
  • 9g de sal
  • 10g de aceite de oliva virgen Extra Clos de La Torre (para la masa y un buen chorro para hornear)
  • Aceitunas gordal Santa Oliva
  • Aceitunas empeltre La Gaeta
  • Opcional: romero fresco o aceites condimentados Mallafré

La receta:

1- Templar el agua y disolver la levadura en ella . Esperar a que burbujee un poco el agua y la levadura desprenda su olor característico para comprobar que esté activa.
Añadir la harina, la sal y el AOVE en el agua y mezclar hasta que la mezcla se integre. Cubrir y dejar reposar unos 20 minutos.

2-¡Amasar! La focaccia es una masa muy versátil e ideal para principiantes si no tenemos amasadora o para  hacer con niños. Por muy tentador que sea al principio, no hay que añadir harina y ha de quedar una bola lisa y elástica (significa que el gluten está listo). Es más fácil si lo hacemos sobre una encimera o una superficie lisa y fría sobre la que no se pegue.

3- Untar un bol con el mismo aceite virgen extra y depositar la masa dentro, cubierta con un trapo. Dejar reposar entre 1 y 2 horas, hasta que haya doblado de volumen (el tiempo que tarde dependerá de la temperatura de la cocina).  Si no queremos hacer la focaccia el mismo día podemos dejar que fermente lentamente en la nevera (24h).

4- Untar muy generosamente el molde con AOVE. Poner la masa en el molde y estirarla hasta los bordes (con cuidado de no desinflarla). Si la masa se resiste al estirarla, dejar reposar unos 15/20 minutos para que se relaje el gluten. Un molde mediano y hondo nos dará un focaccia gruesa y esponjosa. Un molde más grande nos dará una focaccia más crujiente y parecida a una coca. 

5- Después de dejar reposar otros 20 minutos, echamos un buen chorro de aceite sobre la masa. Es el momento de hundir los dedos (¡los pequeños de la casa nos pueden ayudar!) para penetrar el aceite y darle su textura característica. Este paso es importante para que hornee bien. ¡Cuidado con no perforar la masa!

6. Poner las aceitunas (nosotros hemos deshuesado las aceitunas empeltre de La Gaeta y cortado por la mitad las gordal de Santa Oliva) y una pizca de sal. Además le hemos añadido romero fresco. Hornear  en un horno precalentado a 220ºC unos 25 minutos (o según nuestro gusto).

¡A nosotros nos gusta bien crujiente!

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